Naturaleza

Esponja árbol de ping pong: la planta marina más curiosa de todo el océano

En las profundidades del mar habitan incontables especies, muchas de ellas desconocidas, raras y muy peculiares que no son usuales para lo que los humanos acostumbramos a ver. Una de ellas es la esponja árbol de ping pong.

Conocida científicamente como chondrocladia lampadiglobus, es una esponja marina del género demonsponjas que habita en el fondo del océano, aproximadamente entre los 2.600 y 3.000 metros de profundidad.

Esponja de árbol de Ping Pong (Jean Vacelet, CC BY 2.5, via Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

¿Qué es la esponja árbol de ping pong y cuáles son sus características?

Esponja árbol de ping pong
ReinoAnimalia
Nombre científicoChondrocladia lampadiglobus
Filo/ClasePorifera – Demospongiae
Familia Cladorhizidae
GéneroChondrocladia
ReproducciónSexual y asexual
DimensionesHasta un metro de ancho
AmbienteZonas tropicales
Fuente: Elaboración propia

Esta especie pertenece al género chondrocladia, son demosponjas carnívoras que pertenecen a la familia cladorhizidae. Fueron descubiertas en 1995, cuando se encontró la primera de ellas (asbestopluma hypogea) en las cuevas submarinas del Mediterráneo, frente a la costa de La Ciotat, en Francia, por Jean Vacelet y Nicole Boury-Esnault. 

¿Por qué la esponja árbol de ping pong recibe ese nombre? 

Porque la chondrocladia lampadiglobus está formada por un tallo alargado y, en la parte de arriba, dispone de esferas similares a las de una pelota de ping pong.

Hasta ahora, existen 33 especies de esponjas marinas (aunque se presume que hay otras dos) y utilizan sus espículas (esferas) para capturar pequeños crustáceos y alimentarse.

La familia de las chondrocladia disponen de un tallo que está generalmente anclado en el sustrato por rizoides y tienen un cuerpo con forma de huevo, que a veces posee ramas con forma de esferas inflables.

A diferencia de todos sus parientes, la chondrocladia todavía dispone de un sistema de flujo de agua coanocitos típico de las esponjas, aunque está muy modificado como para inflar estructuras similares a globos que se utilizan para atrapar a sus presas.

Diferentes especímenes (Van Soest R, Boury-Esnault N, Vacelet J, Dohrmann M, Erpenbeck D, De Voogd N, Santodomingo N, Vanhoorne B, Kelly M, Hooper J, CC BY 3.0, via Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Historia de las esponjas carnívoras

Los fósiles que se le asignan a este género datan del Pleistoceno, hace unos dos millones de años. Dado su hábitat en las profundidades del mar, esta especie puede haber existido desde mucho antes, como desde el Mesozoico.

¿Por qué la especie chondrocladia pudo haber vivido desde períodos anteriores al Pleistoceno?

Porque cuenta con espículas denominadas “microcricorhabds”, que son similares a las de chondrocladia vivientes, que se conocen desde inicios del Jurásico, hace casi 200 millones de años.

Sin embargo, las esponjas de este tipo llamaron la atención en los medios cuando una esponja carnívora, que tenía forma de calabaza, apareció en un informe de hallazgos hechos en la costa de la Antártida.

La nueva chondrocladia pasó a ser una de las 76 especies de esponjas marinas que se identificaron en los mares de la Antártida. Este trabajo lo hizo el Proyecto de Biodiversidad del Mar Profundo Bentónico Antártico entre los años 2002 y 2005 y fue realizado en el buque de investigación alemán Polastern.

Composición biológica del género chondrocladia

Las especies de la clase demosponjas son hermafroditas. En cuanto a su ciclo de vida, el cigoto se transforma en larva de parénquima antes de asentarse en un sustrato donde se desarrollará hasta convertirse en una esponja joven.

En general, los esqueletos del género chondrocladia están hechos de espículas que contienen  fibras de la proteína espongina, mineral de sílice, o ambos inclusive.

Algunas especies presentan colores brillantes con diversas formas en sus cuerpos. Las más grandes, por ejemplo, pueden llegar a medir hasta un metro de ancho y se reproducen de forma sexual y asexual.

La esponja árbol de ping pong (chondrocladia lampadiglobus), como todo organismo que habita en las profundidades del mar, suele sorprender a la humanidad, al contar con diseños extraños y diferentes adaptaciones a las que no solemos estar acostumbrados.

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