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Mathew Schwartz, Unsplash.
¿Sabías que 81 de cada 100.000 hongos que hay en todo el mundo pueden brillar? A este tipo de setas se les conoce como hongos bioluminiscentes, una de esas sorpresas de la naturaleza.
Son unas setas sumamente raras que son capaces de emitir una luz propia durante las noches y son bastante llamativas.
Los hongos fosforescentes son setas a las que se les conoce como “hongos fantasma”. Estos tienen la capacidad de emitir una luz verde durante la noche, los cuales hasta ahora han sido muy poco estudiados por los científicos del mundo. Este tipo de setas fluorescentes tienden a llamar la atención en las horas del día, pero es en horas de la noche que son realmente más sorprendentes por su brillo.
¿Por qué han sido poco estudiados los hongos bioluminiscentes?
Han sido poco estudiados los hongos bioluminiscentes porque en la mayoría de los casos, duran uno o dos días antes de marchitarse y perder su brillo, por lo que el trabajo de los investigadores se ve limitado ante la rapidez en la que se pierde la luz y la vida de estas setas.
Estas setas se han encontrado en lugares como Brasil y Vietnam. Poseen en su organismo un compuesto que les produce ese brillo que los hace tan raros y sorprendentes. Dicho compuesto se conoce como luciferinas, que son emisores de luz y también pueden estar presentes en otros animales y plantas brillantes.
Aunque los científicos han estudiado la luciferina, hasta hace un tiempo desconocían el motivo por el cual los hongos brillaban. No fue sino hasta el año 2015 cuando un grupo de investigadores descubrió que los hongos utilizan las luciferinas para atraer a los insectos.
Entre los hallazgos de esta investigación, cuyos científicos acudieron a Brasil y a Vietnam para estudiar los hongos bioluminiscentes, se encuentra que los hongos se alimentan por su propio tipo de luciferina.
Además, los científicos descubrieron que en los hongos, la enzima que se combina con el compuesto químico para activar la luz que emanan estos organismos, podría ser lo que llaman «promiscuo».
Lo anterior implica que esa enzima interactúa con distintos tipos de luciferinas, de modo que se podrían producir otros tonos de ese brillo presente en las setas bioluminiscentes.
Generalmente, los hongos con bioluminiscencia habitan en bosques que se esparcen desde regiones templadas hasta las más tropicales.
¿Por qué les dicen “hongos fantasma» a los hongos bioluminiscentes?
Les dicen “hongos fantasma» a los hongos bioluminiscentes porque tienen un extraordinario y peculiar resplandor, el cual para algunas culturas ha generado temor por lo que se les adjudicó ese apodo.
La bioluminiscencia es un proceso en el cual ocurre en algunos organismos vivos del mundo, donde se generan reacciones químicas que producen luz. Como consecuencia de esto, ocurre una iluminación fluorescente natural, así como se da en las luciérnagas.
Se estima que este proceso ocurre en al menos 90% de los organismos que habitan en las profundidades marinas, mientras que en el ámbito terrestre se presentan en animales, plantas, bacterias y hongos.
Aunque no se tiene certeza de cuál es el papel que juega la bioluminiscencia en las setas, los investigadores tienen la creencia de que tienen un papel en su reproducción cuando atraen artrópodos con fototropismo positivo, es decir, que tienen atracción hacia la luz.
Cuando estos organismos son atraídos hacia los hongos bioluminiscentes, gracias a su movilidad, se esparcen las esporas de la seta, lo cual contribuye a la propagación de las mismas y colabora con la supervivencia de dicha especie.
¿Por qué se cree que los hongos bioluminiscentes atraen los insectos?
Se cree que los hongos bioluminiscentes atraen los insectos porque gracias a un estudio realizado con luz LED verde, similar al brillo de estos hongos, los investigadores reportaron la atracción de varios insectos en un bosque brasileño.
La segunda teoría que busca explicar las funciones que tiene la bioluminiscencia en los hongos, según los investigadores, apunta a que ese brillo podría ser un subproducto accidental del metabolismo de las setas, por lo cual, su producción no implica ningún beneficio para los hongos.
Se desconoce con exactitud cuántas especies de hongos existen, de los que presentan brillo, pero se sabe de al menos 71 especies de basidiomicetos pertenecientes al orden Agaricales. Las especies más conocidas de hongos luminiscentes son las siguientes:
Panellus stipticus forma parte de la familia de hongos Mycena. Es una especie tipo del género Panellus y tiene las capacidades de emitir ese brillo luminiscente. Fue nombrada por primera vez en el año 1783 por el botánico francés Jean Bulliard.
Generalmente, esta especie de hongos se encuentra en Norteamérica y suele ser utilizado como un espesante sanguíneo.
Al igual que el tipo anterior, Mycena chlorophos es una especie de hongo agárico que pertenece a la familia Mycenaceae.
Esta especie de hongos fluorescentes fue descrita por primera vez en el año 1860 y suele ser encontrada en Asia subtropical (especialmente en países como India, Japón, Taiwán, Polinesia, Indonesia y Sri Lanka). También habita en algunas zonas de Australia y Brasil.
Se trata de otra de las especies de hongos agáricos que forman parte de la familia Mycenaceae. Fue descrito por primera vez como algo nuevo para la ciencia en el año 1988 y también es bioluminiscente.
Pertenece a la familia Mycenaceae. La forma de su sombrero, conocido como píleo, es convexa. Además, presenta un color grisáceo amarronado. Cuando llegan a la etapa de madurez ese color se vuelve amarillento grisáceo pálido.
A esta especie se le conoce popularmente como el «hongo de la luz eterna» y solo habita en la selva tropical de Brasil, en Sudamérica.
Es uno de los hongos con bioluminiscencia más bonitos descubiertos hasta la fecha. Pertenecen a la familia Mycenaceae y se extiende en Norteamérica, Europa, Japón e incluso se encontraron algunos ejemplares en Venezuela. El Mycena haematopus fue descrito por primera vez por la ciencia en el año 1799.
Los hongos bioluminiscentes son de los organismos raros para la ciencia, pero a la vez son sumamente atractivos. Hasta ahora se desconocen todas sus funciones y lo que aportan a la naturaleza, sigue siendo un enigma, pero su brillo es definitivamente lo que más atrae y lo que más se estudia por los científicos.