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El reino de los animales, también conocido como metazoos, animalia o metazoarios, entre otros, se compone de un amplio grupo de seres eucariotas, heterótrofos, pluricelulares y tisulares (excepto los poríferos).
Los humanos forman parte de este grupo, ya que también concentra a los seres vertebrados, además de moluscos y gusanos. Comprenden casi en la totalidad aquello a lo que se le considera un “animal”.
Se le denomina metazoos dentro del reino animal a todos los organismos que son principalmente heterótrofos (que no producen su propio alimento) y eucariotas (formados por células con núcleo verdadero). Están integrados por diversas células unidas de una forma coordinada y que mantienen interrelación química.
Además, los organismos metazoos poseen una morfología y funciones determinadas. Están formados por tejidos que reúnen células que tienen la misma función, las cuales, posteriormente, formarán órganos.
Existen también los organismos protozoos, los cuales se caracterizan por ser unicelulares de tipo eucariota, con núcleo y citoplasma. Los protozoos y metazoos se diferencian en que los primeros tienen núcleo, retículo endoplásmico y citoesqueleto.
¿Por qué se les llama metazoos?
La palabra metazoo está formada con raíces griegas que significan «animal formado por células diferenciadas y agrupadas».
La principal característica de estos organismos es que tienen su origen en un solo núcleo, al cual se le conoce como cigoto. Más tarde, este se va subdividiendo.
Estos organismos tienen células que no pueden capturar de forma individual los alimentos del exterior, ni expulsar al exterior sus productos de desecho por sí solas.
¿Por qué los metazoos no capturan los alimentos ni expulsan sus desechos por sí solos?
Porque, para poder cumplir estas funciones, necesitan de otras células, cada una de las cuales se encarga de cumplir una función específica.
En el cuerpo se hallan células cuya función es segregar enzimas que facilitan la digestión, células que producen el movimiento del organismo al contraerse, otras se encargan de transportar el oxígeno, etc.
Aunque la movilidad es la característica más llamativa de estos organismos, no es exclusiva del grupo, por lo que ciertos organismos que pertenecen al reino protista se les designa también como animales.
Los organismos que forman el reino metazoa se alimentan por ingestión, nutriéndose con materia orgánica elaborada por otros seres vivos. Pueden ser carnívoros, herbívoros, omnívoros y saprofitos.
La meiofauna es un grupo de animales pequeños que habitan entre los granos de arena y en los fangos. Este grupo representa casi el 60% de los metazoos que existen en la Tierra y cuentan con una larga historia evolutiva, así como una alta diversidad.
Un estudio determinó que los loricíferos que habitan en el sedimento de la cuenca anóxica L’Atalante desarrollaron un metabolismo anaeróbico y cuentan con adaptaciones específicas para vivir sin oxígeno de forma permanente.
Los metazoarios cumplen distintas funciones para cada organismo, siendo la nutrición la principal. Este grupo obtiene materia orgánica y su transformación en energía que mantendrá vivas las células del organismo. Para realizar la nutrición intervienen los aparatos digestivo, respiratorio, circulatorio y urinario.
En el caso de los organismos metazoos, el oxígeno no llega directamente a sus células. Para esto, se transporta el oxígeno a través del aparato respiratorio por el medio interno, el cual posee proteínas llamadas pigmentos respiratorios, que son capaces de transportar oxígeno.
Los aparatos respiratorios son diferentes según cada organismo metazoo: branquiales, pulmonares o traqueales.
Casi todos los organismos que conforman el reino de los animales tienen la capacidad de desplazarse, aunque algunos sean sumamente lentos.
Los metazoos poseen un sistema nervioso en el que células llamadas receptores se encargan de percibir los cambios producidos en su entorno como la luz y los sonidos, entre otros. Otras células nerviosas tienen la tarea de procesar esa información y responder de forma adecuada a esos cambios.
Una particularidad es que cuentan con tejidos musculares que se acortan para permitir el movimiento, para desplazarse, alimentarse o realizar las diferentes actividades vitales.
La digestión implica el proceso de reducción de los alimentos a pequeñas moléculas que son capaces de incorporarse al metabolismo celular. Este proceso es realizado por enzimas digestivas. Dependiendo de si se realiza dentro o fuera de las células, la digestión puede ser extracelular o intracelular.
Puede ser interna o externa, según el alimento que esté dentro del aparato digestivo, o fuera del mismo, como ocurre en casos como el de las arañas, las cuales vierten sus enzimas digestivas sobre su presa para posteriormente poder ingerirlas mediante el proceso de succión.
En organismos como los celentéreos, los platelmintos y los bivalvos, la secreción de enzimas es bastante escasa, de modo que el alimento pasa al interior de las células para poder culminar su degradación.
Los animales tienen dos formas de reproducirse: de forma sexual o asexual.
La reproducción de los metazoarios la realizan aquellos más evolucionados. Cuentan con gónadas (ovarios y testículos) que producen células sexuales haploides conocidas como gametos (óvulos o espermatozoides), las cuales se unen para generar un cigoto que dará lugar a un nuevo individuo.
Entre algunos ejemplos de metazoos con reproducción sexual se encuentran los humanos que, al reproducirse, el óvulo de una mujer es fecundado por el espermatozoide de un hombre y queda embarazada.
Organismos primitivos, como algunos invertebrados, se reproducen de forma asexual. En este proceso solo interviene el propio organismo (no requiere de otro) y ocurre a partir de una célula de alguna parte del cuerpo del organismo, que se reproduce mediante mitosis creando un individuo completo.
La circulación es un proceso mediante el cual se aportan nutrientes, oxígeno y otras sustancias. Además, se eliminan sustancias tóxicas que se producen en el metabolismo celular. Organismos como los poríferos, celentéreos, platelmintos y nemátodos carecen de sistema circulatorio.
¿Por qué hay organismos con sistema circulatorio y otros no?
Porque los organismos más grandes suelen poseer algún tipo de sistema circulatorio para poder desplazar sustancias por el interior de sus cuerpos.
El reino animal se divide en varios subgrupos y cada uno posee características diferentes.
El filo de los deuteróstomos incluye los cordados con simetría bilateral, cuya boca es una formación secundaria que no surge del blastóporo. En este grupo se encuentran los organismos equinodermos, hemicordados, cordados, quetognatos (posición incierta), braquiópodos, phoronida y briozoos.
En el caso particular de los vertebrados, estos se caracterizan por ser organismos triploblásticos, es decir, que en su desarrollo embrionario temprano se diferencian tres capas de tejido embrionario: ectodermo, endodermo y mesodermo.
Este grupo de metazoos se compone de otros tres grandes grupos: Anélidos, Moluscos y Artrópodos.
Dentro de este filo se encuentran, a su vez, los parásitos metazoos, que son invertebrados acelomados protóstomos triblásticos. Este grupo comprende unas 20.000 especies e incluye los helmintos y artrópodos.
¿Por qué son diferentes los deuteróstomos y protóstomos?
En el caso de los protóstomos, la boca embrionaria (blastoporo) se conserva al llegar a la edad adulta del organismo, mientras que en los deuteróstomos, el blastoporo se cierra y la boca del adulto aparece en un lugar distinto.