La domesticación milenaria de los caballos lleva en sí mismo el uso de herraduras, no obstante, actualmente se hace la pregunta de por qué le ponen herraduras a los caballos o saber al menos si esta práctica genera inconvenientes en su bienestar y de ser así, qué alternativas existen a las herraduras.
¿Por qué le ponen herraduras a los caballos?
Le ponen herraduras a los caballos porque protegen las pezuñas de desgaste excesivo y daño, especialmente en superficies duras o irregulares. Además, las herraduras proporcionan tracción, mejorando la estabilidad del caballo y previniendo resbalones. También ayudan a mantener el equilibrio y la salud de los cascos, evitando problemas como fisuras y deformaciones.
De acuerdo con la base histórica, se sabe que los caballos empezaron a ser domesticados a partir del año 4.000 a. C., empero, no se ha podido obtener una fecha precisa hoy en día del momento histórico en que comenzó a implantarse el uso de herraduras. Las herraduras son placas generalmente metálicas que sirven como “zapatos” a los caballos que han sido domesticados. Su uso ya era popular en el 1.000 a.C. (época medieval) y constituía un oficio importante para la época con herraduras livianas fabricadas de bronce fundido.
Las herraduras son para el caballo tanto como son los zapatos para las personas, es decir, la función principal de las herraduras es proteger los cascos del caballo o pie del equino, ya sea evitando que éstos sufran desgaste o posibles fracturas. Las herraduras son también, al igual que los zapatos, fabricadas según las características propias de cada caballo.
¿Por qué existen diferentes tipos de herradura?
Existen diferentes tipos de herradura porque cada una de ellas se diseñan según la raza del caballo, su tamaño y la forma de sus cascos o pezuñas, así como según el tipo de trabajo doméstico realizado.
A la función principal de protección de las herraduras diseñadas para los caballos domésticos, se le agregan otras funciones que se mencionarán más adelante.
Hoy en día, según el material con que se confeccione, las herraduras tienen varias funciones que describen el propósito para el cual son fabricadas:
Ante esto, al hecho de porqué les ponen herraduras a los caballos se debe fundamentalmente a que al ser domesticados hace que las herraduras sean “obligatoriamente necesarias” por los trabajos a los que son destinados los caballos sea para transporte, equitación (deporte), etc. Quizás la función más necesaria de las herraduras para el caballo en sí, sea la de corregir defectos físicos de las pezuñas en un proceso que se conoce como “herradura fisiológica” en donde participan de manera conjunta, el herrador y el veterinario con miras a que se desarrollen cascos sanos, se estimulen movimientos óptimos de las patas y se elimine cualquier cojera.
¿Por qué son necesarias las herraduras?
Son “necesarias” las herraduras porque evitan una mayor exposición de daños cuando los caballos se someten a diferentes tareas domésticas. Lamentablemente, esto ha servido históricamente para beneficiar la explotación de estos animales.
De acuerdo con el Centro de Salud Equina, perteneciente a la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de California, las herraduras incorrectas pueden dar lugar a lesiones en los talones, piernas y espalda del caballo, y esto es porque las herraduras influyen en la distribución del peso del caballo actuando como un mediador de transferencia de la fuerza entre los cascos y la superficie del suelo. A continuación, se describen los efectos que pueden resultar de la aplicación inadecuada de las herraduras.
Este es un problema de los más comunes. Los talones son fundamentales y se expanden para ajustar la carga o peso del caballo que cambia según la fuerza con la que los cascos golpean el suelo. Las lesiones se presentan cuando la pezuña del caballo experimenta una desigualdad entre el ángulo de la punta con el ángulo del talón, llegando a ser diferente hasta en 5 grados o más, de ahí que se diga “punta alta, talón bajo”.
Los talones bajos evidencian que la fuerza de los cascos se está concentrando en las extremidades y no en toda la extensión de la pezuña como debería ser, aumentando el riesgo de que se produzcan lesiones. Aún no se sabe con exactitud las causas del talón bajo y su interacción con la herradura, todavía se necesita más investigación.
Aunque no se cuenta con información que afirme que los clavos causen dolor a los caballos por el simple hecho de colocárselos, lo que sí se ha estudiado es que su mal ubicación dentro de la herradura puede provocar daños también importantes en el talón.
Como ya se describió anteriormente, la expansión del casco es fundamental para asegurar la distribución correcta del peso del caballo. El problema de muchas herraduras es que éstas no se expanden como lo hace naturalmente el casco y este hecho se ve más agravado cuando los clavos de las herraduras se colocan en posiciones inadecuadas dentro del casco.
En condiciones normales, los clavos se suelen colocar entre las puntas y las partes más anchas de los cascos permitiendo su expansión durante la marcha, pero en el caso de los caballos empleados para carrera, para evitar que el caballo tire de la herradura mientras corre, los herradores colocan los clavos lo más cerca posible del talón y así la herradura sufre también menos desgaste. En consecuencia, los clavos colocados a esta distancia del talón entorpecen la expansión natural del casco y, por tanto, terminan afectando los talones. Los efectos producidos en este aspecto aún se continúan investigando.
Otro problema que surge al colocar herraduras, es la medición de la herradura con respecto al talón. Esto también es más común en caballos destinados a carreras. Las herraduras utilizadas son más cortas que el talón con el motivo de evitar que las patas traseras del caballo se entrelacen con las herraduras delanteras cuando éstos corren. Sin embargo, las investigaciones realizadas hasta el momento muestran que unas herraduras más cortas no afectan el rendimiento de los equinos y tampoco se caen de los cascos cuando las herraduras son completas.
Por el contrario, si se han de colocar herraduras a los caballos, sean destinados a carrera o no, necesitan que las mismas cubran toda la extensión del casco de manera que el soporte del peso del caballo sea completo y, en consecuencia, no se generen puntas anormalmente más largas ni un crecimiento deformado de los talones que serían los resultados de una mayor carga en estos últimos y de un doblamiento de la pared del casco.
¿Por qué existen efectos contraproducentes por el uso de herraduras?
Existen efectos contraproducentes por el uso de herraduras porque, al no comprender del todo la función biológica que cumplen los cascos en el caballo, algunas personas fabrican herraduras con un diseño no adecuado para el caballo, provocando daños en lugar de protección.
Debido a los inconvenientes que las herraduras presentan en su uso incorrecto o incluso accidental en el caballo, se ofrecen actualmente alternativas que van desde cambiar el material de fabricación de la herradura, pasando por ofrecer otro tipo de protección que no sea la “forma típica de herradura”. Algunas de estas alternativas son:
Las herraduras han sido un material de protección utilizado desde tiempos inmemoriales y su uso ha continuado vigente en la actualidad. Sin embargo, el herrar para los caballos requiere una observación detallada y evaluación constante de manera de impedir que se produzcan lesiones significativas, especialmente cuando los caballos son destinados a carrera. El hecho fundamental de entender por qué le ponen herraduras a los caballos, es porque se trata de animales que han sido domesticados y que, por tanto, sus labores dentro del terreno muchas veces no son iguales a las desarrolladas por los caballos salvajes.
En este sentido, comprender eficazmente las relaciones que existen entre cascos y herraduras, es indispensable para optimizar la distribución del peso y la fuerza ejercida por el caballo sin poner en riesgo su bienestar.