Muchas personas desean tener un mejor estilo de vida y para ello es necesario mantener un peso adecuado, una dieta balanceada y empezar a hacer actividad física, pero, ¿qué sucede cuando alguien siente que se ha esforzado demasiado y no avanza? Son varios los factores los que están detrás de una pérdida de peso lenta, es por ello que los pacientes suelen ir a una consulta con dos cuestionamientos: ¿por qué no adelgazo?, y ¿qué me pasa si no como y no adelgazo?
Cada persona es un mundo distinto y existen diferentes motivos que influyen en el aumento de peso. Estas son 15 razones comprobadas que explican por qué una persona no puede adelgazar tan rápido como quisiera.
¿Por qué no adelgazo?
No adelgazo porque es posible que mi cuerpo no esté recibiendo la alimentación adecuada o porque tengo una enfermedad que beneficia el aumento de peso, sin embargo, existen factores psicosociales que también hacen que adelgazar sea un objetivo a largo plazo.
Comer más de las que se queman al día es el principal motivo por el que una persona no baja de peso o lo hace de forma muy lenta.
Cuando los cambios alimenticios se van adaptando al cuerpo es normal pensar “si como muy poco adelgazo”, pero si la dieta no es balanceada y existe un exceso de calorías, el organismo las usa y almacena en forma de grasa como, por ejemplo, los triglicéridos que, pueden poner en riesgo la salud del corazón.
Otro daño colateral del exceso de grasas es el sobrepeso que, con el peso, hace que aumente el riesgo de enfermedad del hígado graso, ciertos tipos de cáncer e hipertensión arterial.
Porque no consigo bajar de peso, hago ejercicios, pero ¿qué sucede si no soy constante o no tengo una buena rutina?
Una de las cosas más preocupantes es no ver los resultados rápidamente a pesar de hacer ejercicios. Sin embargo, si la actividad física no es la más adecuada o no es suficiente, es poco probable avanzar hacia la meta.
Si una persona sedentaria, bajar de peso será complicado aunque haga dieta. Si bien es difícil quemar las calorías, no es imposible lograrlo cuando se mantiene una vida más activa. Entonces, ¿por qué no bajo de peso si hago dieta y ejercicios?, ¿cuánto ejercicio se necesita para ver resultados positivos? Más adelante se explica, en la sección de consejos.
¿Por qué no adelgazo si como poco y entreno arduamente? Esta pregunta todas las personas nos la habremos hecho alguna vez en la vida y lo más probable es que estemos desestimando el peso muscular.
Los expertos apuntan que el músculo tiene una densidad similar al agua, mientras que la grasa tiene una densidad más alta. Esto quiere decir que, cuando no se ven los resultados deseados, no hay que quemar más grasa, sino reevaluar la estrategia de pérdida de peso, más allá del trabajo para “desarrollar músculo”.
Por ejemplo, al ver que adelgazo, pero no bajo de peso, quiere decir que el peso muscular está tomando protagonismo. En contraste, si no logro bajar de peso y hago mucho ejercicio, debo ajustar la dieta para crear un déficit calórico que me ayude a quemar la grasa y a quitarme el sobrepesso.
Este escenario es clásico: hago ejercicio y dieta y no bajo de peso, pero tampoco estoy durmiendo bien.
En este caso, el factor clave es la falta de sueño, puesto que muchos expertos apuntan que el buen dormir está relacionado con el beneficio para la pérdida de kilogramos de más.
La entrenadora de salud, Mary Shomon, en su artículo Why More Sleep Can Help You Lose Weight,analiza un estudio que descubrió que las mujeres que dormían cinco horas por noche tenían más oportunidad de aumentar de peso que las mujeres que dormían siete horas.
Esto se debe a que las irregularidades en el sueño tienen un impacto significativo en el metabolismo, haciendo que sintamos hambre, incluso si no la tenemos. También afecta la secreción de cortisol, una de las hormonas que regula el apetito.
Si no dormimos lo suficiente, se traduce en menos movimiento, déficit de energía y en menos calorías quemadas.
Existen dos tipos de personas, la primera es la que dice “como mucho y sigo bajando de peso” y la segunda es la que asegura “como poco y no adelgazo con dieta”. Ambos casos son muy comunes y, en realidad, se trata de metabolismos diferentes.
Es posible que el individuo del segundo grupo no tenga un control de calorías, lo que hace que sea más difícil determinar las cantidades que se están comiendo. No controlar las porciones es una de las principales razones por las cuales hay un aumento de peso, aunque se haga ejercicios.
Si no adelgazo aunque hago dieta y ejercicio, puede ser porque estoy abusando del cheat meal, el popular break de la dieta que se hace regularmente para “darse un gusto” sin abandonar totalmente la rutina fit.
Comer algunas golosinas y comida chatarra de vez en cuando está bien, pero hacerlo muy seguido podría perjudicar tus objetivos de pérdida de peso. Por ejemplo, si cada fin de semana vas por un cheat meal no tendrá el mismo impacto que si lo haces una o dos veces al mes, teniendo en cuenta que las calorías ganadas deben quemarse.
El cortisol, que también se conoce como la hormona del estrés, cuando tiene niveles elevados, puede causar estragos en el cuerpo y ralentizar los objetivos de pérdida de peso.
Aunque algunas personas no puedan notarlo, en realidad el estrés impacta negativamente en la salud física, y ese estado de tensión hace que los individuos busquen vías de escape que son dañinas.
Cuando estamos estresados, aumenta el deseo de comer y entran en juego los atracones, y cuando nos sentimos saciados al ingerir alimentos con alto contenido calórico, solemos sentirnos mejor.
El estrés nos lleva a comer compulsivamente y esto se traduce en un aumento de peso seguro.
Cuando alguien dice “estoy haciendo dieta y no adelgazo”, es posible que se sienta frustrado porque cree que no está haciendo lo suficiente. Sin embargo, es posible que no pueda perder kilos extras porque sufre de hipotiroidismo, una enfermedad autoinmune que ocurre cuando el cuerpo no tiene hormonas para controlar el metabolismo.
Si bien no todas las personas con metabolismo lento tienen hipotiroidismo, esta es una de las principales causas por las cuales la pérdida de peso es una meta que se siente lejana, puesto que hace que los procesos físicos y químicos del cuerpo se vuelvan menos eficientes.
Las personas con hipotiroidismo que desean perder peso necesitan disminuir las calorías y los carbohidratos.
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una afección que presenta desequilibrios hormonales en las mujeres y hacen que sean resistentes a la insulina, lo que significa tienen dificultad para convertir azúcares y almidones en energía. El cuerpo, al no poder obtener energía de los alimentos, pide más comida y se mantiene hambriento, y esto se traduce en comer descontroladamente y en el aumento de peso.
Por otro lado, las mujeres con SOP también tienen una producción excesiva de andrógenos (hormona masculina), que están relacionados con el aumento de peso, y se evidencia sobre todo alrededor del área del vientre.
La comida y el estado de ánimo generalmente tienen una relación bien estrecha, así que es posible que si tengo depresión es una razón suficiente por la cual no consigo bajar de peso. Esto sucede porque, al atravesar un cuadro depresivo, existe la necesidad de comer un alimento “reconfortante”, como las papas fritas, el helado, snacks dulces y salados.
La depresión hace que se den cambios en la alimentación que pueden ser a largo plazo y si bien hace que las personas coman sin control, también se traduce en la falta de apetito y la pérdida de peso.
En el primer caso, de acuerdo a los expertos, cuando una persona dice “como muy poco y no adelgazo”, es posible que sea alguien que no se está alimentando bien, que solo come comidas rápidas o procesas y, además, esto se combina con otras causas sociales, ambientales y biológicas.
El profesor de psiquiatría y farmacología en la Universidad de Toronto, Roger McIntyre, MD, sostiene que el vínculo depresión-peso funciona así:
“Las personas que están deprimidas tienen más probabilidades de ser obesas. Y las personas con obesidad corren un mayor riesgo de depresión. Cuando ingieren comida, no satisface la recompensa anticipada y puede llevar a la adicción, y a terribles antojos de comida que son incontrolables”.
Es normal que una persona diga “ando mucho y no adelgazo” y se cuestione cómo es posible que si está caminando todos los días, no logre bajar de peso. En algunos casos, puede existir un factor psicológico relacionado con un trauma o violencia que haya vivido.
Existe una correlación entre el abuso y el aumento de peso, sobre todo si la persona afectada vivió un episodio traumático a una edad temprana. Si un hombre o una mujer no ha conversado nunca sobre ese trauma, es probable que proyecte su ansiedad y estrés en la alimentación al comer demasiadas comidas altas en grasas. Eso tiene más peso que caminar todos los días.
Todas las personas presentan un problema distinto con respecto a su peso ideal, por ejemplo, algunas expresan “no engordo si como mucho” y otras suelen decir que “no bajo de talla haciendo dieta”. Tanto mujeres como hombres se ven afectados cuando quieren adelgazar, pero no pueden.
Los hombres, a medida que van envejeciendo, presentan una disminución en los niveles de la testosterona en la masa muscular, lo que se traduce en fatiga, disminución de la libido y problemas de concentración y, por supuesto, el aumento de peso. Esto sucede porque el metabolismo se ve afectado y hace que la quema de calorías se ralentice.
La baja testosterona también se relaciona con el aumento de la grasa abdominal y la aparición de enfermedades cardíacas y diabetes.
Antes de cuestionarme por qué no bajo de peso si he hecho todos los esfuerzos, también es necesario ver qué afecciones médicas pueden estar presentes. Por ejemplo, la artritis reumatoide, una enfermedad crónica que afecta las articulaciones, causa dolor, deformidad y dificulta el movimiento, e influye significativamente en el sobrepeso.
Cuando las personas no se tratan la enfermedad, es probable que los efectos inflamatorios se incrementen y si, por otro lado, recurren al uso de esteroides, presentan retención de líquidos y aumento del peso corporal.
La diabetes tipo II hace que el cuerpo de una persona no responda a los mecanismos de regulación que mantienen los niveles de azúcar en la sangre, por lo que se evidencia una relación clara entre los pacientes con sobrepeso y la dificultad para regular el azúcar.
Si alguien, un adolescente o un adulto se pregunta “¿por qué engordo rápido si no ceno?”, o “¿por qué no adelgazo si como poco?”, es posible que necesite evaluar su salud, poniendo el foco en el problema con la regulación del azúcar en la sangre. Además, comer menos no es sinónimo de alimentación saludable, puesto que en este caso, el cuerpo necesita mantener los niveles de glucosa.
Y es que cada vez más las personas jóvenes están siendo diagnosticadas con esta enfermedad debido a la inactividad física y a que llevan una dieta rica en alimentos refinados y procesados.
“Siempre hago dieta y sin resultados deseados” es una frase que podemos escuchar de personas que se están esforzando por bajar de peso. Es probable que la razón no sea por poco empeño, sino porque está tomando un medicamento que tiene como efecto secundario el aumento de peso.
Por ejemplo, los medicamentos para la diabetes, antidepresivos y esteroides, son algunos de los que hacen que las personas puedan tener kilos de más sin ser conscientes de ello.
Aquellas personas que se preguntan “¿por qué engordo a pesar de que no como?”, o, “¿si estoy a dieta y no adelgazo, qué debo hacer?” Lo primero que tienen que pensar es en los factores que pueden desencadenar el aumento de peso.
No se trata de hacer suposiciones, sino de darse cuenta cuáles son las afecciones que las llevan a comer por impulsividad, por ejemplo, el estrés, la ansiedad, la tristeza, enfermedades autoinmunes, inactividad…
Al identificar los factores que están relacionados con el aumento de peso, lo más recomendable es buscar ayuda profesional para tener las herramientas y recomendaciones para el beneficio de la salud.
Es una buena opción asistir al psicólogo, al nutricionista y tener el apoyo de un coach para emprender una rutina de ejercicios adecuada.
A continuación, se presentan consejos para adelgazar que pueden ser de utilidad para aquellas personas que están desanimadas “porque no adelgazo”. Son tips que ayudarán a dejar de cuestionarse “¿por qué no adelgazo si como poco?”
El control con un especialista de la alimentación es necesario para comprender los motivos que están detrás de preguntas como “por qué no pierdo peso si hago cardio”, por nombrar una de tantas que surgen al asistir al nutricionista.
Al hacer la historia clínica de cada paciente, el especialista explicará qué sucede si come fruta todo el día en vez de llevar una alimentación balanceada con proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
La popular frase “si dejo de comer adelgazo más”, viene de una creencia errada, puesto que saltarse el desayuno, el almuerzo o la cena no beneficia la pérdida de peso. De hecho, puede tener efectos contraproducentes porque, al tener déficit de nutrientes esenciales, existirá una demanda alimenticia y terminarías comiendo más bocadillos o durante el día porque necesitas saciar el hambre.
Comer a las horas regulares durante el día también ayuda a quemar calorías a un ritmo más rápido. Esto hace que sea más fácil bajar de peso porque disminuye el deseo de comer alimentos con alto contenido de grasa y azúcar.
Comer despacio es una de las recomendaciones de los especialistas que beneficia el adelgazamiento. Esto sucede porque cuando masticamos la comida de forma lenta, el cerebro recibe la señal de que estamos comiendo y hace que las hormonas que controlan la saciedad, como la leptina, se activen con tiempo y lleguen al cerebro para indicar que estamos satisfechos.
Cuando el cerebro está al tanto y siente que ha procesado todo el alimento, sabe que ha llegado el momento de detener la ingesta. Por el contrario, si masticamos rápido no recibe las señales a tiempo y es por ello que tenemos capacidad de llevar más comida al estómago.
Las frutas y verduras son bajas en calorías y grasas, y altas en fibra, y tienen los nutrientes esenciales para perder peso de forma rápida. También contienen muchas vitaminas y minerales.
Con respecto a la ingesta de fibra, esta se encuentra en alimentos de origen vegetal, como la avena, el pan integral, arroz integral, la pasta, los frijoles, los guisantes y las lentejas.
Tomar agua es uno de los consejos que más se debe tener en cuenta, puesto que muchas personas confunden la sed con el hambre y hasta se les olvida que deben hidratarse en el día.
De ser necesario, es recomendable descargar una aplicación en el móvil que recuerde que debes tomar agua. Así mantendrás el flujo de hidratación diaria.
Si apenas como y no adelgazo, eso no debe ser un motivo más de estrés si ya he identificado qué es lo que sucede con mi cuerpo. No es necesario que los kilos que debemos bajar se conviertan en un dolor de cabeza, al contrario, fijar una meta nos ayuda a evitar la desmotivación.
Por ejemplo, una meta razonable sería 1.5 o 2 kg por mes, pero todo depende de lo que diga el especialista. Si no lo logramos, solo debemos seguir intentando y recordar que los procesos no siempre son rápidos.
Si por mucho tiempo como sano y no adelgazo, pero el enfoque sigue intacto y la constancia física no ha disminuido, no debo dejar espacio para el estrés, al contrario, tengo que concentrarme en liberarlo haciendo ejercicio, bailoterapia o saliendo a trotar con amistades.
Después de una evaluación física y nutricional, saber por qué como menos y no adelgazo debe ser el impulso necesario para mantener los ojos fijos en la meta. Adelgazar no es un camino fácil porque existen varios factores que influyen en cada individuo, pero, en todo se trata de la constancia.
Para perder peso, ser constante es necesario. Los expertos recomiendan hacer al menos cinco días de cardio con una intensidad moderada durante al menos 30 minutos, de forma general, sin embargo, los entrenamientos físicos dependen de las necesidades de las personas.
Alegrarme porque adelgazo, así sea pocos gramos cada semana, es un factor clave para lograr los objetivos. “No desistir y resistir” es el lema indicado cuando queremos bajar de peso.
Antes de llenarte de estrés y frustración cuestionándote “¿por qué no adelgazo?”, enfócate en otra pregunta: “¿qué debo hacer si no como y no adelgazo?” La respuesta es buscar ayuda profesional. Después, es necesario entender que cada cuerpo es distinto y que la definición de saludable no se mide por figuras, sino por pesos ideales, de acuerdo a la estatura. Hay que tener presente que para no caer en el sobrepeso, la constancia con el ejercicio y la buena alimentación son necesarias, y ayudan a mantenernos saludables.