El mundo animal es muy variado y a las especies se les asignan nombres relacionados con su forma, como “pez espada”, “tiburón martillo” o “tiburón duende” y, aunque no hay un “tiburón pene”, sí que existe la serpiente pene. Este nombre no tiene que ver con el conocido pene de serpiente o hemipenes (aplicado a los animales con dos penes), sino que se debe a su similitud al pene humano. La Atretochoana eiselti en realidad es un anfibio, endémico de Brasil, del que apenas se conocen datos, pero los que se conocen son tremendamente interesantes.
¿Por qué la serpiente pene no tiene pulmones?
La serpiente pene no tiene pulmones porque respira a través de su piel. Junto a la Caecilita iwokramae, es la única especie cecilia que no tiene pulmones para sobrevivir.
Como su nombre indica, la apariencia de la atretochoana eiselti es totalmente fálica. Este es un anfibio monotípico del género Atretochoana, que forma parte de la familia de las cecilias (Caeciliidae) y llama la atención por no tener visiblemente ojos, nariz ni boca, pero en realidad tiene de 11 a 13 dentículos que son los dientes que utiliza para comer a sus presas. La hembra puede llegar a medir de 1 a 1,35 metros de largo, mientras que el macho puede medir entre 70 y 73 cm. Ambos tienen un ancho de 3 centímetros.
En 1995, los biólogos que investigaron a la atretochoana eiselti en la Amazonía pensaron que estaba extinta, puesto que el único espécimen conocido en aquel entonces, se había investigado 100 años atrás. No obstante, la serpiente pene apareció nuevamente en Brasil, en el año 2011, cerca de la desembocadura del río Amazonas y en el río Madeira, dos ríos de aguas bravas con visibilidad limitada debido a las altas cargas de sedimentos.
De acuerdo a un informe del Museo Paraense Emílio Goeldi (Belén, Brasil), esta especie habita en ríos y arroyos de aguas cálidas (24-30 °C), “turbias y de corrientes rápidas en las tierras bajas de la cuenca amazónica brasileña”. A su vez, este anfibio ciego prefiere desplazarse por la tierra suelta y la hojarasca en los bosques tropicales.
¿Por qué la serpiente pene es llamada anguila de goma?
La serpiente pene es llamada anguila de goma porque su apariencia gelatinosa y su desplazamiento en el agua, en ocasiones, la hacen parecer una anguila.
La serpiente pene, o serpiente ciega, puede habitar algunas aguas río arriba en Colombia, Perú, Argentina y Bolivia, pero, sobre todo, hace vida en la Amazonía que conecta a Brasil con Venezuela.
Solo basta con buscar una imagen de serpiente pene en el buscador de Google para notar ciertas cosas: No tiene ojos, no tiene nariz y tampoco boca… o al menos no a simple vista, pero sí tiene pequeños dientes. Parece una lombriz gigante (mide aproximadamente 80 centímetros) y su color es una combinación entre morado y rosa opaco. Su cabeza es plana, alargada y tiene una pequeña mejilla móvil que le permite masticar a su presa.
Todas las características descritas se pueden evidenciar en esta foto de serpiente pene compartida por el veterinario venezolano Jorge Nova, quien enfatizó que esta especie no necesita de ojos para ver por dónde se mueve, puesto que “es un animal adaptado completamente a vivir enterrado”.
Entendiendo que la “serpiente” es un anfibio, normalmente se podría decir que primero cuenta con una respiración branquial para luego desarrollar la respiración pulmonar, pero en este caso, la serpiente pene tienen las fosas nasales selladas, por lo que se puede decir que esta cecilia no tiene pulmones.
La mayoría de las especies cecilias viven bajo tierra, excavando donde no necesitan oír ni ver. De hecho, de acuerdo a lo explicado por Novoa, la piel de la serpiente pene “tiene una conexión enorme de sensores” que le permiten saber dónde y cómo moverse en los túneles, donde buscará alimentarse de vertebrados y gusanos y, si está desplazándose por el agua, comerá pequeños peces.
La serpiente pene es nativa de Sudamérica, pero, en 2021, la especie atretochoana eiselti pasó más allá del sur de México y fue identificada en un canal en el sur de Florida en 2021.
¿Por qué la serpiente pene fue vista en Estados Unidos?
La serpiente pene fue vista en Estados Unidos porque, al parecer, ingresó de forma ilegal al país, desde México, como parte del tráfico ilegal de animales debido a su apariencia inusual. Fue rescatada en Miami y los científicos la están estudiando.
No obstante, no solo vive en América del Sur, sino que también se le ha visto en Asia del Sur, Sudeste de Asia, África, India, América Central y en Seychelles.
En general, las cecilias o cecilianos simplemente son anfibios tropicales sin patas que tienen apariencia de grandes gusanos o de serpientes resbaladizas. Un dato curioso sobre esta especie es que no siempre se puede identificar qué extremo es la cabeza o la cola.
Su piel es brillante, tiene pliegues de piel llamados anillos y, en algunas variaciones, también se pueden ver pequeñas escamas dentro de ellos. Existen en diferentes colores, con tonos de gris, marrón, negro, naranja o amarillo.
La mayoría de las cecilias viven en madrigueras, en el agua o tierra, porque hacen una red de túneles subterráneos que excavan con su cráneo duro, grueso y puntiagudo. En general, carecen de ojos, pero pueden tenerlos de forma diminuta debajo de la piel.
Otro dato curioso es que no escuchan, pero es posible que puedan percibir movimientos al captar las vibraciones del suelo y así detectar a los depredadores y presas.
Si no tiene ojos y sus fosas nasales están selladas, ¿qué tipo de respiración tiene la serpiente pene? De acuerdo a los estudios sobre esta especie, la atretochoana eiselti respira a través de su piel.
Pese a que algunos estudiosos de los anfibios sugieren que pudiese tener pulmones pequeños, así no es como respira la serpiente pene, puesto que es la única cecilia, junto a la Caecilita iwokramae, endémica de Guyana, que carece de arterias pulmonares.
Un dato interesante sobre la piel de la atretochoana eiselti es que cuenta con capilares que penetran en la epidermis que le permiten el intercambio de gases.
Este tipo de culebra puede ser encontrada por nombres como atretochoana eiselti o cecilia, porque esa es la familia a la que pertenece, pero en sus orígenes se la conocía como Gymnophiona o Apoda.
La primera vez que se documentó sobre la Atretochoana eiselti fue en un artículo de 1968 publicado en The Caecilians of the World y más adelante se anunció su “redescubrimiento” en 1998. La Apoda es una de las tres principales órdenes existentes de la clase Amphibia (anfibios) y el nombre “cecilia” deriva del latín caecus, que significa “sin vista” o “ciego”.
¿Por qué se sabe poco sobre la evolución de la serpiente pene?
Se sabe poco sobre la evolución de la serpiente pene porque es una de las cecilias que menos ha estado con el contacto humano, puesto que vive en túneles subterráneos.
A su vez, la Gymnophiona es miembro de la subclase de vertebrados Lissamphibia (clase Amphibia) y se exhibe con cuatro patrones básicos de historia de vida:
Entre todas las cecilias, la especie Gymnophiona es la menos conocida, pero los expertos sugieren que han proliferado gracias a sus testículos pares, los cuales se componen de uno o unos pocos lóbulos unidos por hebras de tejido conectivo que tienen conductos espermáticos eferentes, que transfieren los espermatozoides a los conductos renales y posteriormente a los conductos urinarios que salen a la cloaca y hacen la eclosión de las nuevas crías en un espacio húmedo y subterráneo.
El informe del Museo Paraense Emílio Goeldi sostiene que aún queda mucho por conocer de la atretochoana eiselti y considera que se necesitarán años de estudios etológicos y moleculares para obtener un mejor conocimiento de la serpiente pene.
Aunque parezca extraño y cause miedo, no se ha confirmado que sea un anfibio peligroso para los humanos. Además de lo mencionado anteriormente, son pocos los datos que se conocen sobre la serpiente pene. Desde su llegada a Estados Unidos, los expertos han estado buscando formas de ampliar información sobre la atretochoana eiselti y sobre su impacto en la vida nativa de otras especies, pero, sin duda, parece ser una de las “serpientes” más escurridizas de todo el planeta.