El dolor es una sensación desagradable y, en algunas ocasiones, no es curable. Esto sucede en el caso de las personas con fibromialgia, una enfermedad que se caracteriza por generar dolor crónico muscular generalizado.
La fibromialgia ocasiona dolores persistentes en diversas partes del cuerpo que no desaparecen y suelen venir acompañados de entumecimiento, cansancio, agotamiento, fatiga, trastornos del sueño e incluso puede afectar negativamente a las emociones de quien la padece.
Para los pacientes con este diagnóstico es importante llevar un estilo de vida lo más natural posible, reduciendo con fármacos y ejercicios los dolores y los malestares asociados a la afección.
Tambien existen tratamientos naturales, como las saunas, que ayudan a mejorar el estilo de vida. Es bastante común creer que las saunas solo sirven para la relajación y el uso estético, pero los beneficios médicos de la sauna son amplios, están contrastados y sirven como remedio y complemento a los medicamentos recetados para la fibromialgia.
Además, personas con otras afecciones o con problemas en sus músculos, articulaciones y huesos también se ven beneficiadas con los cambios que produce en el organismo el calor directo de la sauna.
El estrés y el tipo de vida acelerado actual provoca que se reduzca el tiempo disponible para atender la salud. Por suerte, existen soluciones que permiten adecuar los tratamientos a esta situación.
Hoy en día es posible tener una sauna en casa sin necesidad de realizar una obra importante, sin perder espacio y sin invertir apenas dinero. Esto es gracias a las saunas portátiles.
Además de todo esto, las saunas portátiles permiten una total autonomía y acceso ilimitado a todos los beneficios que ofrece una sauna tradicional profesional:
Son numerosos estudios los que han demostrado científicamente que la sauna aporta tanto beneficios médicos –a través de la desinflamación de tejidos o la mejora de la circulación–, como beneficios psicológicos –favoreciendo el descanso y el control mental– y hasta beneficios estéticos –gracias a la eliminación de toxinas–.
La aplicación directa de calor al cuerpo provoca cambios que empiezan a manifestarse desde el primer momento y que benefician a todo el sistema si se realiza esta práctica con regularidad.
El calor de la sauna portátil provoca en el cuerpo la liberación de endorfinas, las hormonas encargadas de producir placer y tranquilidad (también llamadas las hormonas de la felicidad), por lo que actúan como analgésicos naturales para el dolor, al mismo tiempo que ayudan a los pacientes con fibromialgia a reducir el estrés y la ansiedad.
La relajación propicia el descanso del cuerpo, disminuyendo el entumecimiento y cualquier malestar relacionado. Además, llegar a un óptimo estado de relax no solo ayuda a los músculos, sino al descanso mental.
Los síntomas de la fibromialgia suelen desencadenar procesos emocionales asociados a depresión, tristeza, mal humor, baja autoestima, etc. Las saunas portátiles permiten quemar unas 500 calorías por sesión, lo que, a largo plazo, repercute en beneficios estéticos, provocando un aumento de la autoestima y reduciendo la aparición de pensamientos negativos.
Dormir bien y durante las horas necesarias permite desempeñar mejor las actividades del día a día, además de eliminar cualquier sensación de agotamiento y pesadez.
Estas son solo algunas de las razones por las que una persona con esta enfermedad debería tener una sauna portátil. En este artículo en profundidad sobre tratamientos para la fibromialgia se detallan muchas más.
Hay que tener en cuenta que la sauna en ningún caso debe utilizarse como reemplazo de un tratamiento médico y que, para poder obtener todos los beneficios que aporta, siempre es aconsejable consultar con un profesional de la salud que establezca las recomendaciones de uso más adecuadas en cada caso.
Con esto en mente, está demostrado que la sauna es un remedio complementario perfecto para personas que sufren dolores de forma crónica, ofreciendo bienestar, tanto a nivel físico como mental.