© Todos los derechos reservados
Andrew Jenkins, Unsplash.
Cada vez son más los turistas locales que, en España, apuestan por el contacto con la naturaleza para visitar espacios que ofrezcan tranquilidad y paz. Una de las opciones más recomendadas se encuentra cerca de Cabezón de la Sal, donde existe un peculiar parque de secuoyas en Cantabria, árboles que si bien son originarios de América del Norte, se han adaptado muy bien al entorno geográfico cántabro, siendo este bosque de secuoyas y monumento natural uno de los espacios verdes más populares de los últimos años.
¿Por qué hay un parque de secuoyas en Cantabria?
Hay un parque de secuoyas en Cantabria porque estos árboles fueron plantados en 1940 para impulsar la industria maderera local en vísperas del régimen franquista, debido a la rapidez con la que crecen estos ejemplares. Sin embargo, estas secuoyas no fueron taladas, por lo que hoy en día pueden ser disfrutadas por visitantes locales y foráneos.
Para aquellos que visitan Cantabria y buscan qué ver en Cabezón de la Sal, tienen la oportunidad de disfrutar de este impresionante bosque de secuoyas que se erige como uno de los entornos naturales más importantes de España.
Estos son los principales aspectos de este bosque en Cantabria:
Este bosque de secuoyas queda en Cantabria como parte del Monte Corona, que en realidad es un conjunto de montes que se ubican dentro de los municipios Udías, Valdáliga y Comillas, y en el que hay incluir la parcela Monte Cabezón, que es donde justamente donde se localiza el bosque de secuoyas Cantabria.
Este parque de secuoyas en Cantabria cuenta con una superficie de 2,5 hectáreas, donde hay 850 de estos árboles con altura promedio de 40 metros y con un tronco con diámetro de 2 metros, por lo que se considera un bosque de secuoyas bebé.
¿Por qué se consideran los ejemplares del monte Cabezón como secuoyas bebé?
Se consideran los ejemplares del monte Cabezón como secuoyas bebé porque estos árboles pueden llegar a tener alturas hasta los 115 metros, además de sobrevivir por miles de años, siendo así la especie más longeva del planeta, sobreviviendo entre 1.000 y 3.000 años.
A partir de 2003, gracias a una declaratoria emitida por el Gobierno de Cantabria, es considerado Monumento Natural, por lo que forma parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos de esta comunidad autónoma.
Sorprende saber que hay secuoyas en España, en especial éstas de Cantabria, pero se adaptaron perfectamente a la temperatura en Cabezón de la Sal. Si bien esta especie es inusual en Europa, a partir de 1843 fueron introducidos estos ejemplares como árboles ornamentales dispuestos en jardines y parques. Por tanto, hay otros lugares con secuoyas: Santander, Segovia y Granada, donde se encuentran en menor proporción.
El bosque de secuoyas cántabro tiene su origen en tiempos del régimen franquista, cuya siembra buscaba responder a una necesidad industrial, explotando madera a medio plazo para evitar la importación de esta materia prima. No obstante, con el tiempo se perdió el interés por cortar estos ejemplares, por lo que hoy en día no hay nada como llegar al bosque y disfrutar de estos bonitos árboles.
Es fácil llegar al bosque de secuoyas Cantabria, ruta que comienza en la autovía A-8, al tomarla se debe tomar la salida 249 que tiene como llegada la localidad de Cabezón de la Sal. Ya fuera de la autovía, hay que continuar por la carretera CA-135 por alrededor de 5 minutos, hasta encontrar a mano izquierda la entrada al bosque de secuoyas, donde se puede aparcar el coche en su estacionamiento totalmente gratuito.
Para conocer este parque de secuoyas, se debe tomar la ruta desde Cabezón de la Sal que no toma más de cinco minutos desde el centro de la localidad. Una vez en la entrada del bosque, el viajero encontrará un cartel informativo que indica todos los senderos que conforman el itinerario del lugar. Hay que destacar que cualquier persona puede recorrerlo, ya que por su pasarela de madera se facilita el paso a coches para bebés y personas con movilidad reducida.
Si sólo se quieren apreciar las secuoyas, es cuestión de descender el camino natural que se encuentra después de las escaleras de la pasarela, girar a la izquierda y caminar unos pocos metros para adentrarte en el bosque. El parque en sí puede recorrerse de forma circular en una ruta de dos kilómetros por espacio de máximo hora y media, tiempo más que suficiente para poder ver estos bonitos árboles que ofrecen un paisaje lleno de matices verdes, complementado con diversos olores y sonidos que llevan hasta al senderista más experimentado a sentirse en un mundo mágico.
Por otro lado, si el plan es descubrir qué otros lugares recorrer aparte del espacio de las secuoyas, se recomienda visitar el pueblo pesquero de San Vicente de la Barquera, situado a 17 km del parque de las secuoyas y donde se puede comer platos de la auténtica gastronomía de la zona. Otro escape cercano al bosque es Comillas, localidad ubicada a 10 km de las secuoyas, y para hacer un viaje completo, el broche de oro lo ofrece el encantador pueblo de Santillana del Mar.
Como dato adicional, en dicha ruta turística se encuentran las famosísimas cuevas de arte rupestre que se localizan en Altamira y en Puente Viesgo para así completar una fabulosa experiencia en Cantabria.
Para visitar este lugar, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones al planificar un viaje a este bosque de secuoyas:
¿Por qué se recomienda visitar el parque de secuoyas en Cantabria en otoño?
Se recomienda visitar el parque de secuoyas en Cantabria en otoño porque ésta es la temporada donde los colores del bosque se intensifican, contrastando con los tonos rojizos, naranjas y ocres propios de la época.
A simple vista, el parque de secuoyas en Cantabria promete trasladar a su visitante a un mundo mágico, tranquilo y con mucha paz. Pero también se pueden admirar ejemplares exóticos e inusuales que lograron adaptarse a la zona, complementando así el majestuoso ecosistema del área.
Por otra parte, se podrá recorrer la ruta a través de escalones naturales hechos con troncos de madera, los cuales conducen al arroyo de Las Navas que espera por cualquier visitante que quiera bañarse en sus aguas.
Y qué decir de su mirador: en él es posible tener una vista panorámica no sólo de las secuoyas, sino de las parcelas y claros que rodean a estos árboles, resultando en una maravillosa postal colorida y majestuosa. Para los turistas que les apetece comer, el parque cuenta con su propio merendero, pero si deciden degustar buenos platos, en los pueblos adyacentes al parque se encuentran diferentes restaurantes y tabernas dispuestas a complacer hasta al paladar más exigente con la auténtica gastronomía cantábrica.
Como información adicional, para los turistas maravillados con estos árboles, dentro del recinto del IES Valle del Saja (también en Cabezón de la Sal), hay otros dos de estos ejemplares de especies diferentes y que se tratan de las destacadas secuoyas gigantes en España: el Sequoiadendron giganteum o también llamado árbol del mamut, que llega a alcanzar alrededor de los 100 metros de altura y permanecer vivo hasta los 3.000 años.
Aquí se explican algunos datos de interés y curiosidades de los bosques de secuoyas y de estos árboles en específico:
El nombre de estos árboles es Sequoia sempervirens, secuoya roja o secuoya de California, estado de donde precisamente es originaria esta especie. Sin embargo, hay árboles de este tipo en Oregon y Canadá.
¿Por qué se llama secuoya?
Se llama secuoya porque este árbol rinde tributo al aborigen cherokee Sequoiah, el cual vivió entre los siglos XVIII y XIX y destacó por la invención de un alfabeto para el dialecto de su tribu.
Es un árbol bastante robusto, de copa conífera o piramidal, que rebrota de raíz. Su tronco se erige derecho, es muy grueso y posee corteza oscura, esponjosa y fisurada.
Las secuoyas son capaces de resistir la inclemencia del fuego, e incluso, las cenizas dejadas por los incendios forestales tienen minerales que favorecen a la nutrición de estos árboles. Por otro lado, la humedad del suelo generada después del derretimiento de la nieve invernal es un factor determinante para la reproducción de más secuoyas.
Destaca por ser el árbol más longevo de la Tierra, ya que se ha registrado la existencia de secuoyas con más de 1.000 años de edad. A esto hay que sumar que puede alcanzar de forma rápida alturas de hasta 115 metros, llegando a crecer entre los cuatro y diez años de edad alrededor cerca de 2 metros por año.
Lo que en principio iba a ser un bosque de secuoyas destinado a la necesidad industrial de un contexto histórico, terminó convirtiéndose en uno de los espacios verdes más apreciados de España y de Europa. Hoy en día, el parque de secuoyas en Cantabria puede ser disfrutado por locales y extranjeros, por lo que es ideal planificar un viaje a este espacio natural y desconectarse por completo del ajetreo y el estrés en medio de este paraíso.