El pozo de Kola es un agujero de más de 12 kilómetros de profundidad, situado a 10 kilómetros de la ciudad de Zapoliarni (Rusia). Actualmente, este pozo se encuentra abandonado y la entrada está sellada con una simple placa metálica. Sin embargo, este peculiar paisaje sigue asombrando todavía a miles y miles de personas.
¡Viajemos al pasado! Fue en el año 1962, cuando la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) decidió a llevar a cabo uno de los proyectos científicos más ambiciosos del período soviético. ¿En qué consistió? Pues se quería investigar la litosfera, es decir, donde la llamada discontinuidad de Mohorovicic (transición entre la corteza y manto terrestre) se acerca a la superficie de la Tierra. Esta discontinuidad aparece a una profundidad aproximada de unos 35 kilómetros pudiendo encontrarse a mas de 65 kilómetros de profundidad en algunos continentes y a unos 10 kilómetros en los océanos. Además, este proyecto sirvió para el estudio geofísico o el análisis de la composición física y química de esta discontinuidad.
Los trabajos de excavación comenzaron el día 24 de mayo de 1970 y concluyó en 1992 sin superar nunca los 13 kilómetros de profundidad. En estos trabajos, las enormes perforadoras Uralmash-4E y Uralmash-15000 se usaron para ello. No obstante, fue imposible llegar más abajo, ya que a los 315 ºC que alcanzaba la tierra las máquinas ya no podían trabajar. El sueño del viaje de la tierra se truncó ahí.