Durante décadas, tener un coche fue una especie de símbolo: de independencia, de estatus, de estabilidad.
Pero los hábitos están cambiando. Ahora hay cada vez más personas que no quieren comprar, ni financiar, ni siquiera alquilar a largo plazo.
Quieren flexibilidad, comodidad y sobre todo no complicarse. Ahí es donde entran los vehículos en suscripción.
La idea no es nueva, pero en los últimos años ha despegado con fuerza, sobre todo en ciudades grandes donde el coche no es una necesidad diaria.
El modelo es sencillo: pagas una cuota mensual y tienes acceso a un coche con todo incluido.
Seguro, mantenimiento, revisiones, impuestos, asistencia en carretera. Tú solo te encargas de conducir, repostar o recargar y devolverlo cuando ya no lo necesites. Nada de papeleo, ni entradas, ni valor residual.
¿Por qué este modelo funciona tan bien ahora?
El cambio no se explica solo por cuestiones económicas, aunque también influyen. Mucha gente se ha cansado de pagar por un coche que pasa más tiempo aparcado que en movimiento.
El coche en propiedad implica gastos constantes: revisiones, averías, ITV, impuestos, seguro… y eso sin contar imprevistos.
Con los vehículos en suscripción, esos gastos desaparecen porque están incluidos. Y si el coche te da problemas, simplemente lo cambias.
Además, no te casas con un único modelo. Puedes empezar con un compacto urbano y, si cambias de trabajo o de rutina, pasar a un SUV o a un eléctrico sin complicaciones. Hay empresas que incluso te permiten cambiar de coche cada pocos meses.
También está el factor psicológico. Comprar un coche nuevo es una decisión grande, muchas veces ligada a préstamos largos.
La suscripción, en cambio, tiene un punto de ligereza que resulta atractivo: no te comprometes, no te hipotecas, y puedes probar sin miedo a equivocarte.
Quién se apunta a este tipo de servicio
El perfil de usuario es muy variado. Desde gente joven que no quiere atarse a una letra mensual, hasta profesionales que viajan mucho y prefieren no cargar con la logística de tener coche en dos ciudades distintas.
También hay familias que necesitan un segundo vehículo temporal o personas que acaban de llegar a una ciudad y prefieren ir viendo cómo se mueven antes de lanzarse a comprar.
En general, es un modelo que atrae a quienes priorizan la funcionalidad. No buscan presumir de coche, sino tener un vehículo que se adapte a sus necesidades del momento. Y como esas necesidades cambian, el coche también puede hacerlo.
No solo utilitarios: también hay gama alta
Una idea que mucha gente tiene es que esto de la suscripción es solo para coches baratos. Pero no.
Hay suscripciones que incluyen coches de alta gama y marcas que normalmente asociamos con el lujo. Un ejemplo claro son los coches de suscripción BMW.
Tener acceso a un Serie 3, un X1 o incluso un modelo híbrido enchufable sin pasar por un concesionario, sin hacer números sobre financiación, ni pensar en su valor dentro de cinco años, resulta muy atractivo para cierto tipo de conductor. Y más si lo vas a usar solo durante unos meses.
Algunos eligen esta opción para probar cómo se sienten conduciendo un BMW, para un viaje largo o una temporada de trabajo fuera de casa.
Otros simplemente porque quieren conducir bien, sin complicarse. Y claro, hay quienes siempre han querido tener uno, aunque fuera por un tiempo limitado.
¿Qué incluye realmente la cuota?
Esto es importante. No todas las empresas ofrecen lo mismo. Algunas incluyen absolutamente todo: seguro a todo riesgo, mantenimiento, asistencia, impuestos, cambio de neumáticos, coche de sustitución.
Otras tienen una cuota base que cubre lo básico, pero luego te cobran extras si quieres ciertos servicios.
También hay que fijarse en el kilometraje mensual incluido. Algunas ofrecen desde 800 hasta 2.000 kilómetros, y si te pasas, pagas un extra por kilómetro.
Esto puede hacer que la factura final sea más alta de lo que pensabas. Por eso, lo ideal es calcular bien tu uso medio antes de elegir un plan.
Otro punto a tener en cuenta es el periodo mínimo de suscripción. Aunque algunas empresas ofrecen contratos de un mes, lo más común son los plazos de 3, 6 o 12 meses.
Si necesitas el coche solo una semana o dos, puede que esta no sea tu opción. Pero si lo quieres por unos cuantos meses, puede salirte más a cuenta que un renting o un alquiler tradicional.
Cambiar de coche sin cambiar de vida
Uno de los atractivos más claros de este sistema es la posibilidad de cambiar de coche con frecuencia.
Y no es solo una cuestión de capricho. Cambiar de modelo te permite adaptarte mejor a tu situación actual.
A lo mejor ahora trabajas desde casa y apenas necesitas moverte, pero dentro de unos meses empiezas un proyecto que te obliga a desplazarte a diario.
O tal vez en verano haces viajes largos y prefieres un coche más espacioso, y en invierno con uno compacto te basta.
Con los vehículos en suscripción, no tienes que prever tu vida a tres años vista. Tomas decisiones más ajustadas al presente. Y eso, en un mundo tan cambiante, es una ventaja enorme.
Lo que no te dicen en los anuncios
Por supuesto, no todo es tan perfecto como parece en los folletos publicitarios. Hay modelos que no están disponibles todo el tiempo, sobre todo si buscas algo muy concreto o un coche muy demandado.
También hay que contar con que el coche puede tener cierto kilometraje previo, ya que muchos de estos vehículos son seminuevos.
Y, aunque digan que es todo online, a veces toca lidiar con llamadas, esperas y revisiones.
Además, hay que devolver el coche en buen estado. Si hay daños, roces o desperfectos más allá del uso normal, te los pueden cobrar.
Aun así, para muchas personas, estos pequeños inconvenientes no pesan más que la libertad que obtienen a cambio. Porque al final se trata de eso: libertad para tener coche sin complicaciones.